Hoy en día es habitual cruzarse con todo tipo de barbas: frondosas, de chivo, de dos días… Hay reyes y presidentes con barba, y también artistas o gente del común. Llevar barba es una opción estética, y más en la época moderna la prevalencia del vello facial va variando con el paso de las décadas.
En las civilizaciones más arcaicas la barba era el signo de autoridad. Por ejemplo la longitud de las perillas determinaba el grado de poder en el antiguo Egipto, por eso la mayoría de los faraones están representados con una barba postiza. Los egipcios mimaban y empolvaban sus barbas cada día para que estuvieran impecable. Son ellos los primeros alquimistas de la cosmética específica para barbas, usaban ungüentos, mezclados primero con grasa animal, y más adelante con aceite de coco. El aceite de coco se convirtió en un bien tan preciado para los faraones como la leche de burra para la hermosa Cleopatra. Sus propiedades hidratantes eran incomparables.
En Babilonia cultivaban romero, tomillo, lavanda, plantas medicinales que aún no prensaban, pero experimentaban con sus efectos mezclándolos. Las propiedades y beneficios de las fórmulas las dejaron incluso recogidas por escrito.
Para los antiguos griegos, la barba era un símbolo de virilidad y sabiduría. Solo las cortaban como duelo, incluso arrancándoselas o quemándoselas.
Algo parecido pasaba con los vikingos, hacían juramento de no cortarla en la vida, y muchos de sus motes tenían su origen en la forma, longitud o color de sus barbas.
CUIDA TU BARBA Y HARÁS HISTORIA
Los productos BEARMEN COLOMBIA surgen a raíz de nuestras propias experiencias, malas, con los productos que había en el mercado para el cuidado del vello facial. No nos convencían, nos irritaban la piel, no conseguían el efecto de hidratación que buscábamos… y empezamos a estudiar desde la antigüedad cómo se cuidaban las barbas, qué utilizaban, y con qué objetivos.
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